La Ruta del Túnel de San Adrián

Es una ruta de unos 23 kilómetros que nos lleva de Segura a Salvatierra, al igual que durante 700 años hicieron viajeros, clérigos, reyes, comerciantes... El túnel, la ermita y la calzada de San Adrián constituyen el punto más emblemático de este antiguo Camino Real y que hoy es uno de los senderos más célebres de la región.

El túnel es una excavación natural que perfora la roca por el collado entre Aizkorri y Aratz. Su entrada se encuentra a una altura de 1.000 metros.

La calzada data del siglo XI. Vivió un tráfico muy intenso a partir del siglo XIII, cuando Guipúzcoa entró en la órbita de la Corona castellana y este paso por San Adrián y el valle del Oria se convirtió en el principal itinerario terrestre entre Castilla y los demás reinos europeos. En esos tiempos se construyeron un castillete, una ermita (no es la actual), una cuadra y una posada en el interior del túnel, cuya boca inferior se había agrandado de manera artificial para facilitar el paso. El arco gótico de entrada hizo las veces de paso aduanero. Todo el complejo estaba protegido por guardias y gobernado por un alcaide. En estos pueblos se cuenta que Carlos V, que alardeaba de no inclinarse ante nadie, cruzó el túnel sobre su caballo y tuvo que agachar la cabeza en el tramo final para no golpearse con la roca, justo en el momento en el que era recibido por el alcaide de San Adrián.

El collado tomó una fama terrible y era uno de los tramos más temidos por los viajeros. La subida resultaba muy ardua, en los bosques a veces se escondían asaltadores de caminos y en invierno el frío y las nieves lo convertían en una pesadilla. En el siglo XVIII se trazó la nueva Carretera Real por Arlaban y el valle del Deba, un paso menos brusco que el de San Adrián, y el túnel quedó fuera de las rutas.

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